Era domingo día de ir a la iglesia, había preparada una sorpresa, los niños dirigirían una obra maestra…
El tema era del niño Jesús, iba a ser algo triste pero los niños y su inocencia, hicieron de algo serio un tremendo chiste…
Que lindo son, que tiernos los veos, debimos haber llorado con el guion, pero ellos lo “arreglaron” y terminamos todos de la risa moretón…
Muchas horas de ensayos, varios días estresados, y el día esperado, todo sale al revés, pues a los niños no se les puede culpar, es a los adultos que hay que regañar, por presionar tanto a los angelitos y estos con sus ocurrencias nos hacían reír con los errorcitos…
De todos modos, un abrazo a todos esos pequeñuelos que hicieron tanto esfuerzo, para hacernos llorar, pero al final terminamos muertos de risa y una que otra lagrima… Pero de felicidad!!!
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