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lunes, 25 de diciembre de 2017

Guerra para que venga paz...

La luna reflejaba su esplendor en el  verde pasto, yo recostado contemplando el cielo y la exuberante vista, mientras debajo del puente que se forma entre el pasto y mi rodilla, una pequeña hormiga cargaba su comida a su guarida…

Seguían mis ojos fijos al firmamento, observando las estrellas como parpadeaban a lo lejos, mientras yo perplejo mis ojos brillaban al ritmo de los luceros, que se paseaban por el oscuro cielo, dejando una estela brillando mientras desaparecían con su vuelo…
Lo que hoy esto dejando plasmado en este papel, no es para ti, lo he escrito para mí, porque hacerlo para ti, a mi no me hace feliz…

Seguiré recostado en el pasto, mientras tu pasado, se lo devora el pasado, me conformo con el presente, sigo mirando al cielo y pasa un cocuyo, dejando las esperanzas con su escasa luz, que se acerca  un porvenir futuro…


El universo es tan extenso y silencioso, y aunque no diga una palabra, escucho sus palabras cifradas en códigos, que se avecina una tormenta pero que no tema, pues para que haya paz, tiene primero que venir una guerra….