Todo, menos eso...

Me enseñaste muchas cosas, y todavía hoy estoy agradecido, aunque tu y yo no seguimos unidos, me ha servido de mucho... Me enseñaste en convertir una mentira en verdad, también como se hacían los chinos en las películas de karate para aguantar tantas patas... Me enseñaste a fingir en la oscuridad, y que los besos si los sabes controlar, no aceleran tu corazón, tampoco ayudan a la longevidad... Me enseñaste arreglar la cama no en la mañana si no en la noche antes de acostarnos, y también como a los vecinos mantenerlos acosados... Fueron tantas cosas que aprendí de ti, que me olvide de mi, hasta perdi mi identidad, hoy no recuerdo ni nombre, y hasta se me olvido la edad... En tus clases saque buenas notas, pero en la realidad siempre voy a quemarme, porque me enseñaste de todo, menos a no amarte...